Se llama tablao flamenco al tipo de local que ofrece espectáculos relacionados con el flamenco. Herederos de los antaño conocidos como cafés cantantes, surgen en el transcurso de la década de los 60. Estos templos del flamenco han tenido una importancia capital en la recuperación y en el mantenimiento del arte flamenco, considerado por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Son numerosos los tablaos flamencos de gran solera conservados en Madrid, Córdoba y diferentes capitales y localidades de Andalucía, pero solo una ciudad puede ser considerada la capital del tablao flamenco: Sevilla, siendo esta la cuna del flamenco.
Origen e historia del tablao flamenco
Los tablaos flamencos tiene su origen en los cafés cantantes del siglo XIX. Antes de su existencia los espectáculos de flamenco se limitaban a celebraciones privadas y fiestas. Fueron los cafés cantantes los que dieron visibilidad al flamenco ante un gran público.
Los cafés cantantes eran muy similares a los actuales tablaos flamencos, estando compuestos por grandes salones con mesas y sillas para los asistentes y una gran tabla en el centro —el tablao—, a la que se subían los artistas para sus actuaciones.
Los cafés cantantes impulsaron la que sería conocida como Edad de Oro del Flamenco, entre los años 1860 y 1919, época en la que el flamenco evolucionó tanto en su música como en su cante y baile. Fue también el tiempo en el que surgieron importantes escuelas de flamenco en Jerez de la Frontera, Cádiz y en el barrio de Triana de Sevilla. El flamenco dejó de ser minoritario para convertirse en un arte universal.
Entre 1880 y 1920 surgieron grandes cantaores de flamenco, que convirtieron a la guitarra en el gran acompañamiento musical del cante jondo.
A finales de los años 50 España comenzó una época de desarrollo económico, muy impulsado por un creciente turismo, que transformaría todas sus estructuras y facetas. El flamenco no fue ajeno a este fenómeno, siendo más bien la punta de lanza de aquel resurgir nacional, convirtiéndose los tablaos flamencos, que así pasaron a ser llamados los cafés cantantes, en la estampa más visible del inolvidable “Spain is different”.
Los turistas enloquecieron —y aún lo hacen—, con este arte de gran pureza, pasando los tablaos flamencos a ser lugares más frecuentados por los extranjeros para empaparse de la cultura española.
Es a partir de los años 60 cuando surgen otros grandes genios del flamenco: el guitarrista Paco de Lucía, los bailaores Matilde Coral y Farruco y los cantaores Enrique Morente y Camarón de la Isla, cuya figura despertó una devoción entre los amantes del flamenco que casi podría calificarse de religiosa; entre muchos otros.
La popularidad de los tablaos flamencos ya nunca decaerá.
Los mejores tablaos flamencos de Sevilla
Son numerosos los tablaos flamencos de Sevilla en los que poder disfrutar de la mejor música y el mejor baile de este arte tan andaluz y a la vez tan universal. Pero hoy sólo vamos a mencionaros los 2 que os recomendamos visitar.
Tablao flamenco Sevilla
Uno de los tablaos flamencos con mayor encanto de toda la ciudad, ubicado justo al lado de la Catedral de Sevilla. Te permite disfrutar del espectáculo a dos escasos metros de los guitarristas, cantaores y bailaores, haciendo sentir el arte flamenco en toda su intensidad. Una experiencia inolvidable.
Tablao flamenco Álvarez Quintero
Original y auténtico tablao flamenco situado en una preciosa casa dieciochesca, a los pies de la mítica Giralda. Un lugar para disfrutar, emocionarte, sentir y vivir el flamenco en todas sus vertientes: guitarra, baile y cante jondo. Un espectáculo lleno de tradición y sentimiento donde los artistas desnudan su alma con pasión.
Cómo comportarse en un tablao flamenco
Un tablao flamenco no es una discoteca, pero tampoco un funeral. Hay que disfrutar del incomparable espectáculo con el debido respeto a los artistas que se dejan la piel en cada actuación, sin aspavientos pero sin soserías.
En un tablao flamenco el público es parte del espectáculo, no te cortes en soltar algún “olé” cuando la emoción te embriague, algo nada extraño en el transcurso de las actuaciones.
No encontrarás mejor espectáculo en Sevilla que un tablao flamenco, incomparable mezcla de diversión y cultura de un arte que, a fuer de local, ha pasado a convertirse en universal, siendo la estampa más viva y racial de un país tan “diferente” como España.